martes, 25 de noviembre de 2014

Rasgos Generales del Capitalismo Comercial



Rasgos Generales 

      del Capitalismo Comercial        

 Características de la etapa del capitalismo comercial en la Baja Edad Media.

Comercio:

El mercader errante tuvo un papel importante en esta revolución ya que se convirtió en el vínculo de unión entre los extremos de Europa, la movilidad fue su característica peculiar. Para efectuar el comercio, el mercader debió vencer numerosos inconvenientes de diversa naturaleza. En primer lugar obstáculos naturales, propios de la geografía que tenia que recorrer.

En segundo término la precariedad del transporte que debió utilizar: pesados carros de cuatro ruedas, carretas más ligeras de dos ruedas, tiradas por caballos y mulas, que también se utilizaron como animales de carga, para llevar a cuestas sacos y albardas.
A estas dificultades debemos agregar los peligros que acechaban en el camino: bandidos y malhechores, animales salvajes.

Y por último los gastos, derivados del pago de peajes y de impuestos y derechos que debían pagar por causas más diversas. El transporte terrestre resulto muy oneroso, por ende se utilizó mas el transporte por agua.

Además del mercader errante existió el mercader sedentario que fue el centro de una intensa actividad financiera con estrechas vinculaciones políticas

Rutas Comerciales:

Rutas terrestres:
Unían el norte de Italia con Flandes, pasando por los Alpes y la región de Champagne en Francia, o con Alemania a través de suiza.

 Navegación fluvial:
·         La cuenca del río Po, en el norte de Italia.
·         El Ródano, que continuaba con el Mosela y el Mosa, utilizada para la comunicación entre el norte y el sur de Europa
·          La de los ríos flamencos, completadas por una cantidad de canales artificiales y de exclusas
·         El Rin-Danubio, que vinculaba el mar del norte con el mar negro, a través de toda Europa central.

Para el intercambio con Oriente existían tres rutas, dos terrestres y una marítima:
·         La ruta del norte o del jade y del Ámbar, que cruzaba el Asia por el norte del mar caspio, partiendo de los puertos del Mar Negro, pasando por las estepas Nórdicas y llegaba hasta los ríos Amur y Hoang-Ho
·         La ruta del sur o de la seda, atravesaba las llanuras circundantes de los mares Aral y Caspio.
·         La ruta marítima que saliendo del Mar Rojo o del Golfo Pérsico, transitaba por el Océano indico hasta la China y el Japón


 Las ferias:

Las ferias constituyeron una de las manifestaciones más originales de la actividad comercial en la baja edad media. Es allí donde acudían los pobladores de la región para intercambiar sus productos o comprar los que necesitaban. Los propietarios de los dominios donde se realizaban las ferias, cobraban impuestos por su radicación temporaria.

Para atraer la atención de los compradores, las caravanas comerciales eran acompañadas por artistas y cómicos, malabaristas y acróbatas, juglares y titiriteros. El comercio se realizaba en base a pieles, cueros, tejidos, sedas, joyas, especias, sal, azúcar, alumbre, pero lo más importante era la venta de tejidos de lana; en cada feria se utilizaba un sistema exclusivo de pesas y medidas que provocaba una verdadera anarquía en el intercambio regional. Las ferias mas celebres fueron las de Champagne y la de brujas

Se celebraban seis ferias por año en cuatro ciudades distintas, En principio fueron controladas por condes de champagne, luego pasaron a depender de los reyes de Francia, quienes otorgaron los salvoconductos a los mercaderes que concurrían.


 La moneda – mercancía, concepto y ajustamiento de valor. 


La administración carolingia suprimió las acuñaciones privadas e incontrolables, logrando 
que las acuñación monetaria correspondiera a los grandes señores feudales, siempre que 
conservaran la ley de la moneda real que servía como patrón.las autoridades a fin de cubrir 
gastos de acuñación y de obtener algún beneficio podían disminuir la cantidad de metal 
precioso. Por esta razón surgieron monedas fuertes y otras débiles, que solo la experiencia 
y la verificación de su peso y de su ley permitían reconocer.

La política monetaria europea vaciló entre la teoría de la moneda- mercancía por la que se consideraba que el valor de la moneda era el del metal precioso que contenía, y los duros expedientes para mantener en la práctica un equilibrio entre los tres metales en circulación (oro, plata, cobre)

Con la aparición de la moneda desaparecieron los intercambios directos, mercancía por mercancía.

La Alta Edad Media estaba caracterizada por una economía cerrada, convivían dos sistemas económicos diferentes: la gran masa de la población parecía conformarse con las distribuciones en especie, mientras que entre los ricos circulaba la cantidad necesaria de oro y plata,  por lo tanto se restringió la circulación de la moneda, pero sin embargo no desapareció. El intercambio era escaso y se realizaba generalmente por trueque o en moneda no europea, árabe o bizantina. Los metales preciosos estaban inmovilizados en los tesoros de la orfebrería.

El pago de impuestos se realizaba parte en metálico y parte en especie.   
               
Debido a las circunstancias habían desaparecido los mercados de numerosos artículos de consumo.

En la Baja Edad Media debido a la revolución comercial, volvieron a circular las monedas.
 Las monedas se acuñaban en oro, plata, cobre y vellón (que era mezcla de oro y plata). El patrón monetario, hasta el siglo XII fue la plata.

Las más importantes fueron la libra y el denario     
                                
 Durante la Edad Media circularon, como especies monetarias, piezas de oro, plata , cobre y vellón. La coexistencia de los dos metales preciosos, planteó graves problemas de concordancia, de ajustamiento de valor. El hecho real de la fuga del oro, acaparado por el gran comercio y por los monarcas, provocaba inmediatas alteraciones en el mercado monetario. Además del aumento o disminución de la producción de oro o plata se producían alteraciones temporales en la apreciación y consiguientemente, en la circulación de ambos metales. A estos hechos desequilibrantes ha de añadirse también la posibilidad de atesoramiento, ya que el oro y la plata se utilizaban en usos industriales (arte, joyas, etc.)
En los siglos XIV y XV tuvo lugar el fenómeno del hambre monetaria (sobre todo de oro). La plata paso a ser relativamente abundante hacia finales del siglo XV, gracias a la explotación de las nuevas minas en la Alemania media y meridional. Esta valoración de la plata condujo alteraciones monetarias profundas al mismo tiempo que se procuraba la atracción de especias extranjeras.

La sobrevaloración relativa de la plata tendía a su atesoramiento, a su empleo como metal industrial. Aparte del abastecimiento de metal precioso, la imperfección de las acuñaciones y su elevado costo introducían nuevos factores de desequilibrio monetario. Había monedas fuertes y débiles. Las más importantes eran el Florín de Florencia y segundo el Ducado de Venecia.

Estas monedas se cotizaban por ajustamientos en las ferias y los más inestables se formaban por tres valores:

l. Legal: denominación de la acuñación.

2. Reales: era el peso y la ley de la moneda, es decir la proporción del metal precioso con lo que no lo es, la aleación.

3. Comerciales: basado en la confianza o en situaciones de rivalidades entre ciudades, que determinaban que una moneda fuerte, pudiera, no obstante tener una cotización baja, pero siempre en proporción al valor legal y al real.

La diversidad de monedas en circulación y más aún la constante devaluación de las especias, exigían mantener una estable relación del valor entre ellas. Para resolver este déficit se utilizó la llamada moneda de cuenta, moneda imaginaria, invariable, en la que se expresaban las transacciones. (Servía como tipo de cambio fijo o referencia de valor).
La moneda de cuenta fue el artificio para evitar los dañosos efectos de las devaluaciones monetarias. Cuando los pagos no se hacían en oro, se especificaban en moneda de cuenta, la cual figuraba un peso· determinado de aquel metal, que habría de pagarse en cualquier especie monetaria. 



Diferenciar  letra de feria de letra de cambio



La letra de feria fue uno de los primeros instrumentos crediticios, utilizado en el medio mercantil flamenco. Consistía en el reconocimiento de una obligación, hecha ante los concejales de la ciudad, por la cual el deudor se comprometía al  pago de una suma de dinero en feria o al tiempo de una determinada feria. El escriba copiaba dos veces la fórmula sobre un pergamino; después, sobre los dos textos, trazaba una leyenda o determinadas siglas y las recortaba. Un ejemplar era entregado al acreedor y el otro conservado por los magistrados comunales. Su unión era el testimonio de garantía en caso de disputa.

Por la misma época, los italianos utilizaban un instrumento más avanzado, embrión de la letra de cambio. Era el llamado instrumentum ex causa cambii, documento notarial mediante el cual una persona reconocía haber recibido cierta suma. Era el instrumento de pago normal en las ciudades marítimas italianas y acomodado al comercio itinerante: el comerciante concertaba un anticipo de moneda que le seria hecho efectivo en el lugar o feria a la que se dirigía, sin necesidad de transportar consigo las especies monetarias.

La letra de cambio. Desde el primer cuarto del siglo XIV, el mayor número de negocios y la expansión de las sociedades mercantiles con sucursales exigían mayor flexibilidad de los instrumentos de pago. El contrato de cambio de independiza del acta notarial, que implicaba una cierta sujeción y la presencia de testigos, y se generaliza la carta de pago, autenticada por la firma del deudor. No obstante la aceptación plena de la letra de cambio moderna, el procedimiento antiguo siguió practicándose en muchas plazas.

. El contrato de cambio comportaba dos operaciones: un avance de fondos en una plaza y su reembolso en otra distinta y requería la intervención de cuatro personas:

1) el dador o librador, que entregaba una cantidad para ser reembolsada en otro lugar,

2) el tomador, que recibía a cambio el dinero del dador,

3) el beneficiario, que reembolsaba el monto de la letra,

4) el pagador que se encargaba del pago de esto.

Dador y tomador, pagador y beneficiario podían ser una misma persona.  


Seguro a Prima

En el progreso de la técnica comercial se considera como un jalón esencial el del seguro marítimo a prima. Estuvo precedido del llamado “préstamo a la gruesa o marítimo”, pero era muy imperfecto, ya que la pérdida del navío podía arruinar al prestamista, pues el asegurador avanzaba cierta suma de dinero, que solo cobraba, con sus intereses. El primer caso conocido de un seguro a prima dataría del año 1298. En 1350 se conoce ya el primer ejemplo de un seguro moderno a prima, concertado por un negociante genovés, y versa sobre un cargamento de granos a Túnez. En la segunda mitad del siglo XIV la práctica del seguro a prima se había generalizado en el ámbito comercial, como ha probado Schaube.

Los seguros a prima eran concertados, generalmente, por varios negociantes, reservándose cada cual una pequeña suma, con lo cual se trataba de una especie de seguro cooperativo y que muy pronto, ya en el siglo XVI, se convertirá en una operación especulativa.

Paz de feria

A causa de la doctrina escolástica posterior a la influencia de Santo Tomás de Aquino, el comercio se ve seriamente restringido al actuar dentro de las ciudades.

Pero durante las ferias, se recibían dos derechos especiales, el de inmunidad o salvoconducto y el de franquicia. El primero significa que las autoridades locales garantizan la seguridad de los participantes. El derecho de franquicia significa que durante la feria se estaba libre de emprisionamiento u otra forma de castigo por crímenes y deudas adquiridas anteriormente. 

Esto se extendió a la capacidad de ignorar las restricciones impuestas por la Iglesia, lo que significa libre comercio con extranjeros y el poder dar créditos con interés, con tasas restringidas, en una época cuando todavía se consideraba esto como usura.


Rentas rurales y rentas públicas.

Rentas Rurales: Durante los siglos XII – XIII el sentido económico y jurídico de ambos instrumentos se diferenció: mientras el censo mantuvo su condición de fundamento de los derechos señoriales, la renta se convirtió simplemente en una forma económica, sin ejercicio de derechos señoriales.

 La renta no fue instrumento de crédito propiamente hablando, sino una forma de explotación económica de bienes inmobiliarios, por lo que se la conoce más por el apelativo de fiel-rente o renta rural. La prosperidad que reinaba en el país flamenco impulsó a los grandes señores a utilizar sus rentas como soporte financiero de sus empresas políticas y militares. El procedimiento consistió en asignar rentas sobre sus ingresos ordinarios, no sobre sus tierras, sujetas a fiels-rentes. Pero esta institución, que tendía a renovar el sistema feudal mediante la formación de una clientela personal, no tuvo gran éxito y durante el siglo XIV cayó en desuso. Sin embargo fue el primer intento realizado para crear rentas sobre bienes no inmuebles.

Durante la Guerra de los Cien Años, período de grandes riesgos para los prestamistas, se introdujo la práctica de asignar rentas sobre los bienes de los deudores y acudir a los inmuebles como fuente de crédito. Por entonces ante el incremento de la población urbana, en algunas ciudades en expansión, como Brujas, hubo que convertir muchos terrenos en solares, concediéndose a cambio de rentas; después se capitalizan los propios inmuebles.

 El propietario de un inmueble urbano o rural tomaba a préstamo una cantidad de dinero mediante hipoteca del inmueble, obligándose a pagar a su acreedor las rentas provenientes del inmueble hasta la amortización en el plazo convenido, el acreedor pasaba a propietario del inmueble. Este fue el procedimiento normal, a partir del siglo XIV, de procurarse un pequeño capital indispensable o de salvar una difícil situación económica. Para el comprador de la renta en cambio, fue una forma de ahorro.

La renta podía ser perpetua, asignada a perpetuidad sobre el inmueble, de forma que continuaba pesando sobre quien lo adquiera en propiedad, o vitalicia. La doctrina canónica mostró más resistencia al reconocimiento de la renta perpetua como forma durable de adquisión de un capital; pero aprobó este contrato por las bulas Regimini, de 1425 y confirmó esta opinión en 1455, siempre que el interés anual no superara el 10 por 100. Esta renta perpetua podía ser alienada mediante el reembolso de la suma prestada. 

El interés legal de estas rentas, según los casos conocidos, era de un 10 por 100 anual; en la segunda mitad del siglo XIV decayó al 7 u 8 por 100 y volvió a subir algo, para descender a finales de la Edad Media, hasta 5-6 por 100, según Winter. En Francia la ordenanza real de 1441 estableció su tasa en 8,35 por 100.
Algunos autores, como G. Biscaro, consideran que esta renta vitalicia, bajo un aspecto de beneficencia, fue introducida por los monasterios cistercienses, y se comercializó en la segunda mitad del siglo XIII,, primero en Italia. En principio, según Usher, esta operación encerraba un contrato ficticio de venta; cuando se comercializaba, esta disposición desaparece. El interés de la renta vitalicia era, naturalmente, más elevado que el de la perpetua y dependía de la edad del adquiriente. Normalmente, en la Edad Media se estimaban como redimibles en un plazo de diez-once años, y según este canon se capitalizaba.

Rentas Públicas: Desde el siglo XIII las ciudades acudieron a la venta de rentas vitalicias, pagaderas durante una o dos vidas, para procurarse recursos extraordinarios, consignadas sobre ciertas clases de ingresos. La práctica comenzó en ciudades italianas como Venecia y Génova. Su origen data del arriendo de impuestos, normal desde la época romana. En 1164 la ciudad de Génova cedió a una sociedad (Monte) compuesta de siete personas, la recaudación de determinadas rentas durante un plazo de once años. Sobre este fondo se vendieron títulos (luoghi) transferibles, y la primitiva deuda flotante se transformó en consolidada. Era un cómodo procedimiento que permitió a la burguesía ciudadana colocar su dinero con cierta seguridad y obtener algún fruto. Los titulares convertidos en acreedores directos fueron inscritos en grandes registros o cartularios. Estos luoghi a semejanza de los títulos modernos, podían ser transferidos o vendidos y su interés fluctuaba según la garantía del Estado, la situación del mercado y la política exterior.

Dos principales tipos de deuda pública existían:

A) Deuda pública municipal, a la que nos estamos refiriendo, tuvo su origen en la búsqueda de capitales a bajo precio, estimulada por la Iglesia, y se logró mediante un préstamo institucionalizado y a largo plazo. Se inició primeramente, ya en el siglo XIII, en las ciudades italianas, y en el XIV en Cataluña, Alemania, Países Bajos y otras regiones.

B) Deuda pública estatal fue más tardía. Data en España de la época de los Reyes Católicos, y en Francia, de la de Francisco I. De todas formas parece existir una estrecha conexión entre el desarrollo de la deuda y el desarrollo de los bancos municipales: los inversores en préstamo fueron frecuentemente los más importantes acreedores de depósitos, y muchas de sus transacciones fueron efectuadas en los libros de los Bancos.

Cambistas, banqueros y mercaderes-banqueros.

Cambistas: Los cambistas se encargaron de efectuar pagos por cuenta de su depositante, y pronto obtuvieron autorización para invertir por su cuenta este fondo, comprometiéndose a entregar a su cliente, en cuanto lo pidiera, una suma equivalente.
Estos por lo general, no negociaban letras de cambio, pues no tenían corresponsales en el extranjero; sin embargo, existen algunas excepciones, como las de los bancos venecianos, que trataron en Brujas y Londres.

La función de cambio o cambista fue privilegio real o municipal y comportaba la prohibición de efectuar otros negocios. La concesión del privilegio exigía el depósito de una fianza.
Banqueros: Los banqueros, en el ámbito local, durante el siglo XIV habían logrado acumular las funciones bancarias: aceptaban depósitos, efectuaban pagos mediante transferencias a otros Bancos, aun cuando cliente y deudor no tuvieran cuenta en ellos, y giraban dinero sobre otra plaza. Para efectuar estas operaciones se requirió, en principio, la presidencia de deudor y acreedor; pero desde mediados del siglo XIV, según Melis, bastó una orden escrita (polizza) auténtico cheque, aun cuando le faltara el requisito actual de la cláusula a la orden.

Mercaderes-Banqueros: Los mercaderes-banqueros anotaban en sus libros los depósitos y saldos de sus clientes y, mediante una hábil compensación de partidas, efectuaban los reglamentos de cuentas entre ellos, evitando la utilización de especies monetarias

Escuelas conventuales, obispales y comunales.

El derrumbe de la cultura antigua fue completo en el terreno de la escuela que en ningún otro. 

En el siglo VII había desaparecido todo vestigio de la escuela pública, mayor resulto la influencia de las escuelas conventuales que aparecieron. Todo convento tenía una escuela para asegurar la formación de las generaciones sucesivas. La regla benedictina prescribía cuatro horas diarias de estudio de las sagradas escrituras y de canto coral; por lo tanto los monjes debían saber leer para poder ayudar a copiar los libros, era requisito el conocimiento de la escritura. Pronto las escuelas conventuales se abrieron también para quienes no eran monjes. Entre estas Saunt-Gall ocupo un lugar elevado. Uno de los maestros más famosos fue Tutilo, dominaba todo los terrenos de la ciencia y el arte de su tiempo, era astrónomo, arquitecto, poeta, músico, orfebre, etc. Un monje Notker Lobeo, tradujo al alemán numerosas obras latinas y griegas, también fe director de la escuela del convento.

Las primeras tentativas de creación de las escuelas públicas fueron realizadas por los conventos. Guillermo Dijon se compadecía de los laicos incultos y por ello fundo escuelas públicas en los conventos de la normanda y de otras regiones de Francia, en las cuales talentosos maestros debían instruir a todo aquello que a ellas concurrían; ricos o pobres, todos tenían el mismo acceso.

Monjes benedictinos fundaron en su iglesia obispal escuelas catedralicias a las que les confiaban la instrucción de los sacerdotes parroquiales. De la escuela de York había salido Alcuino quien fundó una especie de escuela superior.

 Los intentos de Carlomagno de poner los medios estatales al servicio de las escuelas y la instrucción no tuvieron sucesión durante siglos. Los legos siguen siendo en su mayoría analfabetos.

El IV concilio de Letrán dirigió advertencias a los obispos acerca de la importancia de una cuidadosa instrucción de los párrocos, si algunos obispos tuvieran la osadía de investir a indignos habrán de ser castigados.

La preeminencia de la ciudad en el desarrollo político y económico ocasiono que las primeras escuelas conventuales se fundaran en Italia. En los siglos XII Y XIII aparecieron las ciudades al norte de los Alpes, la meta de esta fue el conocimiento de la lectura, la escritura ,  el cálculo y la introducción al latín ; así las escuelas comunales se convirtieron en los primeros establecimientos escolares de carácter laico.

A fines del XII nació un nuevo tipo de escuela superior que a diferencia de las escuelas conventuales y comunales, debían estar destinada a todos, recibió el nombre de  “studium generale”. Universidad significaba la comunidad de todos los que enseñaban y aprendían en la escuela de parís, en el año 1219.

A fines del siglo XII maestros y alumnos fundaron escuelas en pie de la colina, esta apuntaba contra las antiguas escuelas catedralicias. El obispo de parís intento imponer su soberanía sobre la nueva escuela, lo cual genero que profesores y alumnos realizaran huelgas.
La solución del conflicto se debió a la intervención de papa. El rey libero la universidad haciéndose cargo de los estudiantes.

 Para facilitar el estudio a los pobres, fundaron hogares estudiantiles (collegia). Todavía en la Alta Edad Media florecían las universidades

Universidades impulsadas por la burguesía, citando cada caso con sus respectivas orientaciones académicas

La activa vida espiritual a fines del siglo XII tuvo un efecto estimulante, en especial sobre el desarrollo de escuelas superiores que a diferencia de las escuelas conventuales y obispales, debía estar destinadas a todos, por ello recibió el nombre de “Stadium Generale”, la denominación de universidad que se impuso más tarde, La Universidad de París se convirtió en modelo para todas las restantes. Esta fundación apuntaba contra la escuela catedralicia de la iglesia de Notre Dame. El obispo de París intentó imponer por todos los medios la soberanía, sobre la nueva escuela, profesores y estudiantes protestaron contra ello, lo cual ocasionó huelgas y protestas y emigraron hacia otras ciudades de Francia. El conflicto se solucionó cuando intervino el Papa Gregorio IX, asegurando plena autonomía administrativa a la escuela. En lo sucesivo la Universidad trataba con el obispo, el Parlamento y el rey como potencia independiente. El cultivo de las ciencias se convirtió en una cuestión universal. Los sabios más destacados, como Santo Tomás de Aquino, enseñaron en París.

La universidad no conocía el fundamento de la escuela media. El conocimiento del latín se presuponía para la admisión, ya que se ingresaba a la corta edad de 12 o 13 años. El estudio comenzaba en la facultad de artistas, que era una escuela previa obligatoria para las tres facultades superiores: Teología, Medicina y Derecho. El alumno escogía un maestro, ingresando a su servidumbre.


Las asignaturas del primer curso, que duraba dos años, eran las siete artes liberales: la gramática, la retórica, la dialéctica, la astronomía, la aritmética, la geometría y la música. Una vez aprobado el examen, se obtenía el título de bachiller. El segundo curso, que duraba otros dos años, comprendía la metafísica, la ética y la política, pero el bachiller estaba simultáneamente obligado a actuar como maestro de las siete artes liberales. Aprobado el examen obtenía el título de maestro en artes. Luego de dos años de docencia el maestro en artes podía buscarse un cargo vitalicio o bien comenzar el estudio de las artes superiores.
Para ayudar a los estudiantes pobres, mecenas de los estudios eruditos fundaron hogares estudiantiles.


A comienzos del siglo XV la Universidad de Praga fue arrastrada al levantamiento checo nacionalista desencadenado por Juan Hus, cuando las naciones de los bárbaros, sajones y polacos debieron perder su igualdad de derechos, emigraron y fundaron el tronco de la universidad de Leipzig, creada el mismo año.


El movimiento en pro de la fundación de las universidades se creó en Italia, algunas de las numerosas universidades italianas se concentraban en una sola facultad, todavía en la alta Edad media florecieron en todos los países occidentales las universidades





              
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1 comentario:

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